Y los 9 sucesivos en los que exploré Baja California, trepé un cactus y toqué dos veces una ballena.
El tranvía llegó a San Ysidro. Bajamos. Varios carteles indicaban el camino a seguir hasta la oficina de migración. Perderse hubiera sido torpe, además de riesgoso: hay tanta seguridad que incluso los sanitarios están custodiados. Afortunadamente, el trámite es sencillo y la fila, corta. 390 pesos mexicanos y un sello en el pasaporte.
México siempre se escribe con X, “¿qué?” se dice “¡mande!” y “Lavetrastes” no es un imperativo sino un producto para limpiar platos. Viví un semestre con mi mexicana favorita y ya no sé cuántas veces vi cada episodio de "El Chavo" pero todavía tenía mucho que aprender sobre la cultura azteca. Este viaje en auto fue productivo pero sé que queda mucho, mucho por conocer. A continuación, comparto algunos descubrimientos.
1. La droga en Tijuana existe pero el caos fue entre el 2009 y el 2010.
“Los cuerpos, de uno y otro bando, colgaban por toda la ciudad: uno de los socios del líder lo traicionó y fregó todo.” -Mario, conductor de taxi en Tijuana.
El narcotráfico en México está dividido en plazas que pertenecen a líderes. El rol del líder es demostrar que tiene bajo control eso que para muchos es lo incontrolable. El problema de Tijuana, entre el 2009 y el 2010, comenzó cuando el socio traidor del líder sumó otros traidores hambrientos de poder y dinero. La consecuencia, predecible, fue una ruptura total de códigos: secuestros de los miembros de ambos grupos, mensajes mafiosos a los comerciantes, incluso se metían con los turistas. Toda la ciudad estaba en riesgo: las balas volaban por todas partes.
2. El desayuno es a todo terreno.