El día en que crucé la frontera Estados Unidos - México, por tierra
CommentY los 9 sucesivos en los que exploré Baja California, trepé un cactus y toqué dos veces una ballena.
El tranvía llegó a San Ysidro. Bajamos. Varios carteles indicaban el camino a seguir hasta la oficina de migración. Perderse hubiera sido torpe, además de riesgoso: hay tanta seguridad que incluso los sanitarios están custodiados. Afortunadamente, el trámite es sencillo y la fila, corta. 390 pesos mexicanos y un sello en el pasaporte.
México siempre se escribe con X, “¿qué?” se dice “¡mande!” y “Lavetrastes” no es un imperativo sino un producto para limpiar platos. Viví un semestre con mi mexicana favorita y ya no sé cuántas veces vi cada episodio de "El Chavo" pero todavía tenía mucho que aprender sobre la cultura azteca. Este viaje en auto fue productivo pero sé que queda mucho, mucho por conocer. A continuación, comparto algunos descubrimientos.
1. La droga en Tijuana existe pero el caos fue entre el 2009 y el 2010.
“Los cuerpos, de uno y otro bando, colgaban por toda la ciudad: uno de los socios del líder lo traicionó y fregó todo.” -Mario, conductor de taxi en Tijuana.
El narcotráfico en México está dividido en plazas que pertenecen a líderes. El rol del líder es demostrar que tiene bajo control eso que para muchos es lo incontrolable. El problema de Tijuana, entre el 2009 y el 2010, comenzó cuando el socio traidor del líder sumó otros traidores hambrientos de poder y dinero. La consecuencia, predecible, fue una ruptura total de códigos: secuestros de los miembros de ambos grupos, mensajes mafiosos a los comerciantes, incluso se metían con los turistas. Toda la ciudad estaba en riesgo: las balas volaban por todas partes.
2. El desayuno es a todo terreno.
El menú va de tacos de tripa hasta huevos rancheros. También se puede pedir agua caliente, y hacerse una taza de café instantáneo que hay sobre la mesa.
3. México es uno de los únicos dos países del Mundo donde hay un bufón.
Sólo hay otro lugar en el Mundo donde se produce el mismo fenómeno. La geografía obliga al mar a hacer unos movimientos estratégicos y voilà, el agua se hace bruma. Pueden consultar Wikipedia (lo explica mucho mejor que yo).
4. Japón es el principal importador de la sal mexicana.
5. Todos los pimientos son picantes. Casi todo lo comestible, también.
Incluyendo las golosinas.
6. En el desierto, cada tanto, hay micro pueblos.
Como San Quintín: cuenta con un hotel, un médico, un fotógrafo, dos almacenes y una tienda de ropa “Sensación”.
7. Todo sale con tortilla.
8. En Guerrero Negro, los negocios están pintados de todos los colores.
9. Si vas a tocar ballenas, asegurate de compartir la excursión con un fotógrafo profesional.
Puede ser la única vez en la vida que tengas una oportunidad así.
Capaz nunca fueron demasiado lejos pero reciben a personas que llegan de tierras lejanas. Abren las puertas de sus moteles y los esperan con una toalla limpia, un jabón de tocador y una botella de agua; anuncian, con letras grandes, los platos tradicionales y se encargan de que el viajero tenga en la mesa una experiencia completa: desde el aperitivo hasta el bocado final. Están atentos, sonríen y saludan en inglés si tiene pinta de gringo el que se acerca. Los pueblos son, con apenas un par de cuadras, el mundo entero para sus habitantes. Pensar que para mí, muchos de estos mundos no significaron más que doce horas.
Gotcha!
CommentEl dueño de la casa nos había recomendado pedir un auto, en lugar de usar el colectivo del aeropuerto. Entonces, llegó José en su Ford negro, patente terminada en 48. Con su auto, cada día, cruza la frontera dos veces: trabaja en San Diego y duerme en Méjico con su familia.
San Diego está escrita mitad en inglés y tres cuartos en español. Sin embargo, es difícil encontrar latinos hablando su lengua nativa porque, dicen por ahí, quieren integrarse. Hay emisoras de radios americanas y casi en igual número mejicanas. El pop y el rock se escuchan en unas, y los boleros en las otras.
Viví en una casa inteligente: las persianas se subían y bajaban apretando botones, la música era funcional, lo mismo que el polvo de lavanda que se olía cada tanto. El resto de las cosas era promedio: si nadie sacaba la basura, el olor por supuesto era insoportable, la manija de la puerta de entrada a veces se trababa y el inodoro era color negro.
Cuatro cuadras para atrás, está el Parque Balboa: cuatro cuadras para adelante, Little Italy. Y dos más allá de la pequeña Italia, la costanera.
A lo largo de la costanera hay muchos bancos públicos, la mayoría ocupados por vagabundos. También hay vagabundos en el centro de San Diego. Es normal que insulten al pasar y pronto se vuelvan para disculparse y compartir sus angustias. Fue en San Diego donde vi, por primera vez, una persona orinando y haciendo otros trucos en la vía pública.
SeaWorld San Diego
Marshall dice que es mejor que el Zoo, y eso que a él le gustan las aves.
Hacia Méjico
Cuando alguien nos está contando algo, es importante hacerle sentir que lo estamos escuchando y entendiendo. Aunque existen varias palabras y sonidos para cumplir esta función, no significa que siempre estemos escuchando ni entendiendo. En especial, si creemos que lo que está diciendo el otro es cualquiera. Ajá, Sí, Bueno, Dale, o, como dicen en San Diego, Gotcha.
Coolhunting London
CommentHola! Nueva edición de Coolhunting que hice para la blogger más seductora de Ohlalá: Sofía Alurralde. Es en Londres y además de ropa ultra glam y super top, hay buses rojos de dos pisos.
Coolhunting Melbourne
CommentCarta de lectores
CommentQuerida H,
Manteniendo tu inicial pero protegiendo tu identidad, podría llamarte "Querida Hannah" o "Querida Hermenegilda". Es más, si sos argentina, y dado que en el país es un nombre aceptado, podría llamarte "Querida Hermosa", pero es demasiado empalagoso para mi estilo. Me gusta, en cambio, llamarte como te llamaría en un relato policial o en uno clínico: H. Sencillo, breve y contundente: elegancia pura.
"(...) me interesaría saber si podés escribir la historia de la caca en el pelo, de cómo llegó la caca al pelo". Esta es una de tus primeras frases, a pesar de que para anunciar el asunto del mensaje hayas elegido una alternativa menos comprometida: "Tintura para el pelo". (Estrategia que entiendo y comparto, absolutamente.)
Siguiendo tus pasos, y para no perder la finura de nuestro diálogo, a partir de este momento, pasaré a referirme a la caca en el pelo con la sigla C.E.E.P., que podríamos reemplazar por C.E.P.E., facilitando su pronunciación. Claro que ante el riesgo de confundirlo con la Comisión Económica para Europa o con un "cèpe" (nombre francés para un hongo que tiene, curiosamente, la cabeza negra) deberíamos considerar P.E.C.E, opción que descarto de antemano puesto que quedaría algo así como "Pelo en caca el" o "Pelo el caca en")
La C.E.E.P. aparece en mi vida cuando era una niña pequeña. Había una mujer cercana a la familia que, durante los días de campo, mostraba menos interés por las cabalgatas que por el acopio de los desechos de ganado. Quizá, no cambie demasiado las cosas el mencionar que, al hacerlo, cubría una de sus manos con un guante plástico y reservaba sus tesoros en una bolsa que no utilizaría para almacenar otros objetos.
De regreso a la ciudad, y con la naturalidad con la que revolvemos una cuchara dentro de la taza de té, procedía, esta vez con dos guantes, a esparcir el mazacote que ya denotaba un aspecto menos fresco y más fibroso que antes.
Te mentiría si describiese qué pasaba entre esta última escena y el resultado. (A excepción de las tardes en las que disfrazaba a mi perro cocker con el catsuit de Barbie lunar, puedo decir que desde chica tuve un claro rechazo al morbo.) En cualquier caso, querida H, en ninguna parte de la nota me preguntabas sobre el proceso sino por las consecuencias.
El método de la C.E.E.P. o C.E.P.E. no sirve. Tiene la eficacia del tener que explicar que, cuando se acaba el rollo de papel higiénico, hay que reponerlo.
Cierto, no encontré otros practicantes del C.E.E.P. Quizá, funcione con un pelo en mejores condiciones iniciales; tal vez, influya la calidad de la materia prima.
Sobre el olor, otro punto inquietante de tu mensaje, voy a contestar con mi teoría sobre los olores en general. Los olores - ni los agradables ni aquellos menos gentiles - nunca desaparecen por completo. No es que están y después ya no están más. Sería muy práctico contar con un agujero negro capta-olores. Pero, lamentablemente, el agujero negro, tan útil en el campo de la física, astronomía y astrología acá no funciona.
¿Qué pasa, te preguntarás, entonces? De pronto, llega otro olor más fuerte, y tapa al anterior. Supervivencia del olor más apto.
Esta mujer corría con la ventaja de ser una fumadora de alta carga y llevaba, por donde sea que fuere, un denso manto de humo de tabaco que dominaba cualquier otro olor - que de ella emanara o proviniese de un radio de 5 metros. Sé que fumar es algo muy incorrecto y poco recomendable para personas de espíritu alegre y con ganas de vivir muchos años sin esputos pero, en términos de extinguir olores, es imbatible.
Respondiendo a tu primera pregunta, estoy bien, gracias. También corresponde que agregue un de nada, por el agradecimiento anticipado con el que cerraste el mensaje. Espero que estés muy bien y mantengas esa naturaleza crítica y curiosa por siempre. Ahora te agradezco yo, por haber escrito.
Jennifer.
Pd: No fumes, no está bueno: te juro que podés tener amigos, novios y esposos (no siempre todos al mismo tiempo), proyectos y selfies lindas sin fumar.
Coolhunting Hong Kong
CommentHong Kong
CommentDicen por ahí que las segundas partes no son buenas y también dicen que es porque, a veces, pueden ser mejores. De Hong Kong, no me había quedado un buen recuerdo. Quizá, por el inesperado olor a arrecife que subía por la ventana, o tal vez fue la lluvia eterna. Pudo haber sido la encargada que me recibía con un golpe de bastón o la experiencia con los empujones en las horas pico (allá, la pauta cultural prioriza el empujón al pedido de permiso).
Más o menos en todos los contextos, la impresión es que la administración de nuestras memorias es voluntaria. Sea por
- afectuosos: "¡Siempre te recuerdo con cariño!",
- pedantes: "Si mal no lo recuerdo...",
- sentimentalmente minusválidos: "¡Olvídate de que existo!",
- convencidos: "¡Olvidate!",
- mentirosos: "¡Me olvidé, mal!",
- o por actuar un poco más políticamente correctos: "¡Se me pasó!",
siempre podemos decidir qué, cómo, cuánto y cuándo recordar. El machete en un examen o la terapia son ejemplos de estrategias para superar distintos problemas de memoria. Y si un recuerdo quedó impregnado de sabor amargo, puede ser necesario repetir la experiencia.
Así, volví a Hong Kong.
Cumbre Victoria
Es la montaña más alta de la isla de Hong Kong. Es conveniente conocer su nombre alternativo porque, si paseando por la ciudad aparece un cartel anunciando a "The Peak", debe ser uno quien decida subir sus 552 metros. Lo digo porque pensé que la señal hacia"The Peak" sería un atajo simpático al centro de la ciudad pero resultó ser un hiking urbano de más de 40 minutos.
La isla de Hong Kong
Las calles del barrio Mid-Levels suben y bajan, tienen mercados y gente de muchas nacionalidades.
Isla Lantau
De Hong Kong, es la isla más grande. Allí, hay una estatua de Buda gigante y sahumerios tan enormes que emiten más calor que un radiador promedio. También hay monjes, vacas, pescadores y delfines rosados.
Una ciudad, a un año de diferencia, mantiene sus calles y sus habitantes casi inalterados. El lugar que ocupa cada banco de plaza, la comunicación entre los extremos de un puente, el lenguaje e incluso el clima, si la visita a la ciudad sucede en el mismo período del año, son los mismos. Sin embargo, Hong Kong 2015 fue como la segunda parte de "Band on The Run": nada que ver a la primera y definitivamente más amigable. Los olores y los empujones se mantuvieron, pero la encargada ya no estaba y apenas llovió el primer día.
Coolhunting en Tokyo
CommentTodos tenemos un lado canchero. El coolhunting y las curitas con dibujos de monstruos es el mío. Aquí, les muestro las fotos que hice para el Street Fashion Tokyo, que salió publicado en la página de la bloggera de Ohlalá, la encantadora Sofía Alurralde, La Fête de Sophie.
Sayonara
CommentNo pude descifrar ninguna de las tres frases con las que cada mañana me saludaba el encargado. (Ni tampoco sé qué le contestaba yo.) No aprendí a pronunciar el nombre de la estación de subte más cerca de casa. No entendí por qué la tapas y contratapas de los libros de manga tienen colores pero las páginas están impresas en blanco y negro. Y, ¿quién paga los paraguas transparentes que regalan cuando llueve?, ¿por qué hay cuervos en esta ciudad?, ¿a partir de qué hora pueden los hombres utilizar el vagón del subte destinado sólo para mujeres?, ¿por qué son tan populares los limpiadores de orejas?, ¿nadie se cayó, alguna vez, en el cruce de Shibuya?, ¿Sailor Moon tiene el mismo uniforme que las colegialas o son ellas las que se lo copiaron? Las impresiones de la cuarta semana son tan frescas como aquellas de la primera. Tokyo, la ciudad más al Este, lingüísticamente más remota y más samurai que conozco. Tokyo, como la primera vez que me subí a la montaña rusa: nunca dudé de su atractivo sino más bien de mis posibilidades de supervivencia. Ahora quiero una segunda vuelta.
Yo Tokyo, tú Tokyo
CommentEl traje del oficinista promedio es azul marino y tiene rayas. Las mujeres se ponen rubor justo debajo de los ojos. Hombres y mujeres llevan una toalla para secarse la transpiración (o las manos, en el baño público, evitando mojar la manija de la puerta, que puede ser incómodo para quien entre después). Aunque no lo señalen de manera explícita, hay cadenas de restaurantes donde concurren hombres y casi nunca las mujeres, especialmente por la noche, cuando puede ser algo bochornoso. Muchas revistas y folletos tienen los títulos escritos en inglés pero los textos están en japonés. En las estaciones de subte, se pueden escuchar diferentes cantos de pájaros electrónicos. En los baños públicos, hay un botón cuya función es hacer sonido. (Se trata de la solución que encontraron al derroche del agua que muchas veces es utilizada para tapar situaciones sonoras incómodas dentro del toilette.) En los supermercados, al lado de los envases de higiene personal y limpieza del hogar, hay unos frascos con la fragancia de cada producto. (No todo el mundo quiere esperar a saber cómo olerán sus pisos o sus axilas). En las heladeras de los kioscos, las bebidas frías están en las góndolas inferiores y las calientes, en las superiores. Tokyo, la ciudad donde vi un hombre de más de 70, con anteojos y sombrero, abriendo el paquete de su nuevo selfie stick.
Tokyo, I love you
CommentSi la respuesta es no, cerrarán los ojos (apretándolos fuerte). Si alguna vez fumaron marihuana, compartirán el secreto sólo con sus íntimos. Si toman alcohol, lo harán de forma moderada porque tienen defectuosa la enzima encargada de procesarlo. Una nueva entrega desde Tokyo, la ciudad donde la hora pico es a las 20 y el after se hace a las 21hs. Tokyo, la capital de Japón, el país donde el Sol nace (temprano: antes de las 5am).
Tokyo - Semana 1 bonus
CommentRobots, androids, sushi y Akihabara: el barrio de la tecnología y el anime. El Japón más Japón en nuestro imaginario del Orientalismo, versión siglo XXI. Parte final de las primeras impresiones que me dejó Tokyo.
Tarde en Akihabara. Masajeadores capilares, máquinas para hacer arroz, bidets portátiles, artilugios informáticos, mangas encelofanados, peluches de Totoro y los mejores termos.
Tokyo, Japón - Abril 2015
No todos los conos de tráfico deben ser naranjas ni conos.
Tokyo, Japón - Abril 2015
Tokyo - Semana 1
CommentNo saben qué es el feng shui y encontrar té verde no es nada sencillo. Se trabaja de lunes a lunes y de nueve a nueve. Hay movimiento, sí, pero nadie se choca con nadie. Tal vez, sea porque en veredas y escaleras, la gente camina en carriles, manteniendo su izquierda. O, quizás, sea porque el respeto es omnipresente y el espacio se hace infinito. Dentro de la casa, hay que sacarse los zapatos. Lo mismo para los probadores de ropa. Si el piso está frío, se ponen un par de chinelas, que cambian por uno especial, reservado para el cuarto de baño. Los inodoros, todos, vienen con botones y la marca principal es, casualmente, "Toto".
Tokyo, Japón: una de las principales capitales del Mundo, donde casi no hay tachos, pero tampoco basura. Todo objeto es bello y funcional en partes iguales. Si se tienen dificultades para abrir un envase, el procedimiento es incorrecto. Al lado de las máquinas para recargar la tarjeta de transporte público, así como en las ventanillas de los museos, hay un relieve para colgar el paraguas. En el museo, nadie tose y en el cine no se levantan de su butaca hasta que desaparece la última línea de los títulos. Incluso los pañuelos descartables más baratos son de cachemira y dentro de los vagones del subte hay un recipiente con toallas desodorantes, para mantener frescos a los pasajeros. Si alguien los llama al celular mientras caminan por la calle, se cubren la boca y procuran hacer el menor ruido posible. Circulan muchos jóvenes, algunos niños, varios longevos y vi, desde que llegué, apenas dos embarazadas. A muchos se los nota concentrados, jamás serios: hay un exceso de simpatía y es verdaderamente imposible rechazar el panfleto de cualquier volantero.
Tarea escolar. Un grupo de niñas se acercaron para hacernos una entrevista y completar una actividad de sus clases de inglés. Aparentemente, hacer preguntas a turistas es un crimen en Japón. Por eso, llegó la policía y nos espantó las alumnas. En cualquier caso, unos pocos minutos más tarde, la escena se repitió con un nuevo grupo de chicas, sólo que esta vez, la policía no vino.
Tokyo, Japón - Abril 2015
Templos y parque de diversiones de otros tiempos. De un lado de la calle, una plaza con templos reconstruidos tras la Segunda Guerra Mundial. Del otro lado, un parque de diversiones con estética kitsch, un túnel del terror y otras maravillas de los '90s.
Tokyo, Japón - Abril 2015
Emiko cocina. Si hay algo mejor que alojarte en la casa de un local, eso es que tu estadía coincida con la visita de su madre. Tomé nota de cada paso y me reservé a subir otras 18 fotos más, precisando cortes e ingredientes. También, dos noches más tarde, Emiko me enseñó a hacer sashimi de calamar. No está muy claro cuándo en la vida voy a poner todo este conocimiento en práctica, pero no es algo que me preocupe en este momento.
Tokyo, Japón - Abril 2015
Rincones
CommentLondres sin guardias, teléfonos ni bigbens.
Fragmentos fotográficos de Vilna y Minsk
CommentMinsk es un caballero con gomina; Vilna, una joven bohemia. Ella, hace ya unos diez años, entró a la Unión Europea mientras que él vive, todavía, bastante soviéticamente.
De las paredes de Vilna, cuelgan longplays, barbas, teteras, muñecos y gallinas. En Minsk, los muros son inmaculados y sólo algunos pasajes tienen grafittis, pero nunca con pretensiones rebeldes.
Minsk: Ópera y pescadores.
Minsk, Belarús - Marzo 2015
Puertas y ventanas en Vilna.
Vilna, Lituania - Marzo 2015
Pedirle peras a Oslo
CommentSteps in the street
CommentEcuatoriana anclada en Nueva York y bailarina con título en abogacía. Gaby Rendon, la sonrisa más grande de Brooklyn, cuenta sobre sus días pasados y presentes con la danza.
¿Cómo te presentás?
Soy Gabriela, bailarina y abogada, latina y de Ecuador.
¿Cuáles fueron las cosas más graciosas o extrañas que te dijeron al presentarte como bailarina?
"¡Ay, qué aburrido!", "¿Te podés poner en puntitas?", "¿Qué hacés?, ¿'Swan Lake'?" Y, si la persona es de New York, es muy común que te pregunte si bailás en Broadway.
¿Qué significa ser artista?
Significa poder expresar lo que dice el alma. También es lograr mover algo en el otro que te está observando.
¿Cómo combinabas tus estudios universitarios con la danza?
Tenía un esquema bastante bueno: estudiaba por la mañana y luego, a la tarde, me quitaba todo el stress de los libros con las clases de danza. Además, durante los fines de semana, aprovechaba para ensayar.
¿Fue tu paso como cheerleader determinante para el comienzo en la danza?
Bailo desde que tengo cuatro años, o sea, comencé con la danza antes de convertirme en cheerleader. En cualquier caso, creo que una persona que pertenece al mundo artístico, a lo largo de los años, puede variar las áreas; en mi caso, pasé por el jazz, el hip hop, el ballet. Considero que cada experiencia vivida fue una etapa de un mismo proceso, pero la idea fue siempre la misma: estar en el escenario, expresarme.
¿Cuál es el lugar del artista en la sociedad?
Eso es relativo: en Europa y en NYC el arte es fundamental, esencial. A los niños se les inculca el arte desde que son pequeños. En Latinoamérica, el panorama es otro: se lo considera ocio. Es una tristeza considerar el arte como ocio, se trata de una idea que me produce enojo, por momentos. Todos debemos dedicar algo de nuestro tiempo al arte, cualquiera sea la rama.
¿Cómo infundís el arte en tus roles?
Me resulta muy importante escuchar al coreógrafo: es él quien dice "¡Quiero que seas agua!" o "¡Quiero que seas miedo!" La técnica ya está: la idea es poder interpretar qué es lo que el coreógrafo quiere, ver lo que lográs y luego, pulir el movimiento. Es un proceso en que el vas haciendo vos mismo el movimiento. El resultado es la idea del coreógrafo, con la marca personal del bailarín.
¿Cuáles fueron los roles que más disfrutaste?
¡Pff! Varios… Coppélia, porque es muy divertido. Es un ballet que tiene mucho acting y es mágico.
Otro personaje que me gustó fue el de una mujer mayor y alcohólica: un rol difícil porque no es completamente ficcional, en el sentido en que no podés exagerar. Fue desafiante. De hecho, por momentos, tenía ganas de reír sobre el escenario. Fue parte de la obra "Against Reality", de la compañía Valleto.
También hice de una latina seductora, roba-novios, en "El Barrio", de Curet Performance Project.
¿Cómo es un día típico de entrenamiento?
Siempre tomo clases de ballet, que complemento con otras técnicas, como contemporáneo y moderno. Además, hago yoga y Pilates.
¿Cuánto de esfuerzo y cuánto de suerte hay en la carrera del bailarín? ¿Cómo es tu caso en particular?
Creo que hay dos tipos de bailarines: el que no nació con talento y el que sí. El primero entrena y llega. El segundo también entrena y mejora. A veces, es posible diferenciar entre ambos tipos, pero lo determinante es la pasión, la gracia, el brillo, aquello que provoca algo, haciéndole imposible al espectador quitar sus ojos sobre quien está bailando. En mi caso, fui una afortunada. No sólo nací con cualidades, sino que desde pequeña demostraba tener el deseo de bailar. De hecho, me molestaba cuando mi mamá no podía llevarme a clase. Nunca sentí que debía esforzarme. Con el tiempo, sí fue necesario trabajar un poco más, pero nunca lo viví como un esfuerzo. A través de las etapas que fui y sigo recorriendo, la pasión se mantiene siempre.
Pudiste conocer varias ciudades, ¿dónde te sentís como en casa?
En todas partes. Quizá, sea más fuerte esta sensación en aquellos lugares donde tengo amistades. En Buenos Aires, por ejemplo, donde viví muchos años. Otras ciudades son París o New York, donde vivo actualmente. Aquí, además de amigos, es donde estoy bailando y tengo proyectos. En fin, la casa de uno es donde está su corazón.
¿Cuál es el acento más difícil de entender en un profesor?
¡El ruso! El alemán también. Tomando clases en Alemania, aprendí a contar hasta ocho y me sentía perdida a la hora de las correcciones. Por suerte, alrededor del Mundo, los profesores de ballet utilizan el nombre de los pasos en francés. Además, la danza es un lenguaje demostrativo.
Coreógrafos o profesores que más te inspiran y por qué
Martha Graham, su drama. Nacho Duato, Jiří Kylián...Todos ellos son originales, raros pero naturales.
También Valeria, directora de Valleto. Es muy creativa. No tiene miedo de nada. Logra que uno sienta comodidad en medio de una situación incómoda. Es más, el bailarín que sigue las indicaciones de las coreografías de Valeria consigue disfrutar algo que, en condiciones normales, no disfrutaría.
Profesores que me inspiran son Marni Thomas y Elizabeth Auclair, las dos de la Escuela de Martha Graham. Hacen ver la danza como algo tan mágico, más allá del dolor que uno pueda sentir.
Otra excelente profesora que tuve en Argentina es Mariela Estrábaca. Es muy didáctica. Hace accesible el lenguaje de la danza.
¿Tu mejor aptitud?
Soy muy alegre y optimista. También tenaz: cuando quiero algo, me impongo a cualquier miedo que pueda surgir porque, si me hace feliz, si mi corazón lo quiere, me lleno de coraje. Tomo riesgos. Y disfruto el proceso que transito para conseguir lo que deseo.
¿Tu Mayor dificultad? ¿Cómo la sobrellevás?
La danza es una disciplina muy competitiva. Y uno debe esforzarse especialmente cuando aparecen bailarines jóvenes. Más aún, después de los años que tuve que administrar el tiempo entre el baile y los estudios universitarios. Por eso, intento no estar en mi mente. No busco ser mejor que alguien, sino ser la mejor bailarina que puedo ser. Después de todo, lo que más importa es poder demostrar qué me hace única, porque los verdaderos artistas ven más allá de la técnica o de las condiciones: ven quién está bailando con el corazón.
¿Qué tan crítica hay que ser con la performance de uno mismo? ¿Cómo sos vos?
La autocrítica es complicada. Uno ya sabe cuáles son sus debilidades. Me gustan las críticas que llegan desde afuera, las tomo bien y considero que son una parte de todo el proceso. Veo muchos videos para corregir pequeños detalles. A veces, al mirarme, pienso: "pude haber dado mucho más". También son muy útiles para ver que los movimientos que yo imagino enormes, pueden ser mucho más grandes.
¿Qué hacés para calmar dolores o recuperarte de las lesiones?
Gracias a Dios, nunca tuve una lesión demasiado grande. Cuando estoy dolorida, uso agua caliente, hielo, elongo más de lo normal y, de ser necesario, tomo algún analgésico. Si se trata de algo más grave, consulto un profesional.
¿Te gusta la enseñanza de la danza?
Sí, me encanta.
¿Cuál es es tu mayor desafío?
Mi mayor desafío fue venir a NYC. Llegué al finalizar mi carrera universitaria y tenía la edad límite para ingresar a la escuela de Alvin Ailey. Además, en esta ciudad, el ambiente de la danza es particularmente competitivo. Sentía que era como ingresar en la selva. Pero yo pensaba: “¡Ve por ello!“ y sucedió.
En tu entrenamiento diario, ¿cuál es tu objetivo?
Fortalecerme más. Es el momento que dedico a mí, por completo. Elimino el stress y las tensiones. Disfruto, lo siento. También intento mejorar mi técnica, pero eso ya está en un plano secundario.
Lo más loco que te dijo un profesor para corregirte o explicarte algo
Me han pedido ser Caperucita Roja, un círculo, hasta imaginar que tenía una pizza en la mano. Estas metáforas son divertidas y lo más sorprendente es que, con ellas, se consiguen movimientos hermosos.
Lo más gracioso que has visto a alguien usar en clase
¡Alumnas que se visten como cisnes! ¡Pero también creo que son adorables!
El mejor consejo que te dieron
“No pienses, sólo actúa.“ No juzgar es un buen consejo que me dio una amiga, una vez. También me gusta mucho una idea de Martha Graham, que se mantiene en los profesores de su escuela: hay que sentir, disfrutar, más allá de la técnica. El bailarín, con la energía, puede llegar más lejos de los límites de su cuerpo.
Algún pensamiento o consejo que compartirías con alguien que inicia una carrera en danza
La técnica es importante, pero no dejes que te enloquezca. Es importante que vayas por más y sigas tu corazón o eso que tenés dentro y que te hace bailar. No tengas miedo a la audiencia y disfrutá.
¿Alguna pregunta que no te hice y que te gustaría que te pregunte?
Mmm... “¿Dónde me veo en unos años?“ Espero seguir sobre el escenario, mi lugar favorito en el Mundo. Eso, siempre que mi cuerpo responda. También me gustaría enseñar, transmitir mi pasión y seguir bailando.
Pueden encontrar a Gaby en su cuenta de Facebook y en la de Instagram. No, ella no tiene Twitter
Producción en serie - Bodegas López
CommentSiberia: 21 días sin agua corriente en el bosque
CommentFragmento de la crónica publicada en la revista Elemental Watson: http://www.elementalwatson.com.ar/Revista_15_Diciembre%202014.pdf
Sabía que el baño era de pozo, que para bañarme debería usar el río y que, por la cantidad de insectos, era conveniente ponerme repelente antes de bajar del auto. Pero acepté la invitación. Y, este año, volví.
Día 1: La llegada
22:00Hs
La impresión es que, independientemente de que haya o no llovido el día anterior, algunas zonas del bosque tienen charcos eternos. La casa estaba ahí, donde la habíamos dejado el último verano: seguía azul y con una simpática inclinación hacia arriba en el extremo derecho.
Llegamos más tarde de lo esperado. Eran las diez de la noche, pero todavía estaba claro. Dejamos las valijas en nuestro cuarto y ayudamos a descargar las bolsas de comida, cacerolas y demás utensilios en la cocina. Pude ver que la mesa estaba servida pero, antes de sentarme y aprovechando la última claridad del día, fui a la casilla de los baños (quería asegurarme de que todavía recordaba el camino). La única diferencia respecto al año pasado, era que una de las puertas se había caído. Por lo demás, (el olor, la oscuridad y el plástico azul donde a veces hay un papel higiénico comunitario) todo estaba en las mismas condiciones.
De regreso a la casa, me lavé las manos en esa especie de cantimplora gigante que cuelga de una madera, e ingresé. La noche era fresca y, por suerte, todavía quedaba algo de agua en el bidón de afuera. Luego de varias tazas de té, entre charlas sobre la película “Apocalipsis now”, iguanas y el tamaño de los vegetales que crecen en Kazajistán, terminaba mi primera noche en el bosque.